jueves, 26 de julio de 2007

El nombre de la Rosa

Días atrás cuando por esas cosas raras de la vida un relámpago de ideas golpeo mi cabeza, decidí volver a ver una película que fue adaptada del libro de Unberto Eco (ojo sin H) llamada el Nombre de la Rosa.

En varias oportunidades que intente ver la película nunca supe la verdadera razón, o quizá no quise entender el porque del nombre de la misma. Yo desde mi mentalidad de quicato solo me atrevía a ver el rigor de la inquisición y las cosas sorprendentes que pasaban en la biblioteca de una abadia italiana, que como dice en la película es mejor reservarse el nombre.

Solo cuando por azares del destino vi la película con mi hermano, comprendí que había estado ignorando un detalle minúsculo para mi, en medio de toda la trama de libros malditos, de monjes poseídos, de demonios descarriados; el narrador de la historia (un joven novicio) cuenta la historia de su aventura con una chica del pueblo en el que se erigía el monasterio.

Se trataba de una aventura corta pero muy pasional. Debo entender como dije en lineas pasadas que me centre tanto en el core de la historia, que olvide lo que dice el joven novicio al final de la historia, algo que voy a parafrasear de la siguiente manera: "Nunca sabre el nombre de la chica".

Frase que cuando por la inocencia del niño tuve que escuchar de boca de mi hermano, cuando con los ojos brillando le pregunte ¿Por que se llamará el nombre de la rosa ?. Y es que al inicio de la cinta el novicio ya convertido en anciano sigue ignorando el nombre de aquella la única mujer que paso por su vida.

No es algo romántico, y no se si mi hermano tenga razón pero lo que es cierto es que a mi me convenció, y me animo después de mucho tiempo a ver es pedazo en especial.


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